De principio nos encontramos con que es un tópico hacer una película de bailarinas de ballet, que representan el lago de los cisnes ¿cómo si no existiera ningún otro, cómo si eso no se hubiera hecho ya anteriormente? Pasando por alto es pequeño detalle nos disponemos a ver una película que (según el tráiler, la sinopsis) relata la “fuerte rivalidad existente entre dos bailarinas” pasamos por alto el hecho de que otra muchas películas traten de eso, y seguimos cayendo cada vez en más lugares comunes, el hecho de que la chica mala, la crápula (Mila kunis) tenga los ojos fuertemente delineados de negro e incluso un tatuaje en las espalda de unas alas negras (por si la metáfora no quedaba clara), el hecho de que la Portman solo vista de colores claros, que su habitación sea de color rosa, como la de una niña de 10 años, su obsesión por la perfección física, y su trastorno alimenticio que es lo que me resulto lo más sorprendente; que una actriz delgada de por sí pueda llegar a un grado que ya resulta difícil de imaginar.
Y a pesar de que hay tomas interesantes como cuando la cámara se vuelve los ojos de la protagonista y muestra su visión desde abajo del agua, cuando el reflejo se desfragmenta y se vuelve parte de esos pequeños hexágonos que a su vez forman uno mayor. Hay otras muy flojas como las escenas que supongo que pretenden sorprender y que rayan en lo absurdo y gore, de un film de terror de serie c, como todas las imágenes relacionadas con las “apariciones”... La historia carece de fuerza, a pesar de lo exagerado que son los efectos especiales, de la permanente irritación ocular que dicen forma parte de se transformación en cisne ¿? (podríamos recomendarle unas gotas de colirio) de las plumas que brotan de su espalda (¿esa escena de una metamorfosis no la hizo ya muchos años atrás Cronenberg?)
Es una narración de ritmo, si, rápido muy a lo Darren Aronofsky pero que es sumamente repetitivo. Detalles como que Natalie Portman, no conoce los cortaúñas ni los alicates y se corta una y otra y otra vez los dedos durante la película hacen la historia inverosímil. También llama la atención que el nivel de la puesta en escena sea tan alto que requiera que los músicos toquen durante los ensayos (¿no sería más fácil poner un CD?) y no sea tan alto como para requerir de una maquillista, porque, sí, sorprende la rapidez y maestría con que las bailarinas logran esos efectos en su camerino, en tan poco tiempo que hasta les sobran minutos para pelearse, disculparse e incluso matar o enterrarse cristales en el estomago.
Resulta decepcionante para mí, el hecho de que sea una película de Darren Aronofsky, director de películas como Pi el orden del caos e incluso las moralista Réquiem por un sueño que a pesar del mensaje explicito en las historias goza de una fuerza impresionante y una banda sonora deliciosa y angustiante, de la “romántica” fuente de la vida que una vez más a pesar del cliché que pueda resultar la historia de amor, se sostiene con la parte histórica y sobre todos la belleza de los fotogramas de el árbol de la vida...
En fin aquí dejo este segunda crítica, y termino diciendo por si acaso alguien me pidiera una recomendación, diría que no ver el cisne negro es una buena opción para no arrepentirse por haber “perdido el tiempo”.

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