como descubrir la inhabitabilidad del mundo,
y como encontrar un rayo de esperanza.
"Hay que ver
la poesía en la práctica: en el mundo del trabajo y los negocios, del
prestigio social y el poder político, de la ingeniería y las
computadoras, de la vida amorosa y cotidiana.
La
inspiración creadora no sólo hace versos: sopla y lo mueve todo. En ese
movimiento, la práctica no es algo estrecho, mecánico y sin misterio,
sino creación; y la poesía es práctica: hace más habitable el mundo.
Alguna vez
lo músico fue todo lo inspirado por las musas, no una especialidad.
Alguna vez poesía y práctica, no una especialidad. Alguna vez poesía y
práctica fueron sinónimos, con poca diferencia. Hacer cosas
(produciéndolas, fabricándolas, inventándolas, escribiéndolas) eran poiein (de donde viene poesía). Hacer cosas (en el mundo de la acción) era prattein (de donde viene práctica).
Desgraciadamante, la posía se ha vuelto cosa de especialistas y como
muy opuesta a la práctica. Pero hay que verla en todo hacer inspirado.
Escribí
estos ensayos por primera vez entre 1963 y 1967. Los he vuelto a
escribir varias veces. Esta versión es la más breve y quizá la más
clara, en dos cuadernos. Ambos parten de una negación que asumen y
disuelven. La ciudad y los poetas acepta que la poesía no es
negocio, pero así desemboca en otra visión de los negocios, y en
general, de la poesía en la práctica social. La máquina de cantar acepta que hay computadoras que hacen versos, pero así replantea el proceso creador y observa la poesía en la práctica física.
Que las
musas del hacer inspirado visiten al lector. Sobre todo si está
sumergido en la práctica y se suente lejos de la poesía. También si
tiene el privilegio de vivir en la poesía y se siente lejos de la
práctica.
Zaid, G. (1985) La poesía en la práctica. México, D.F: Fondo de Cultura Económica"

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