miércoles, 24 de julio de 2013

Las transformaciones del ser



Las  relaciones familiares están construidas a modo de una red, cada hilo representa una obligación, que  a su vez forma la “reciprocidad”: debes amar a tus padres, respetarlos, obedecerlos, cuidar a tus hermanos, darles buen ejemplo, amar a tus hijos, educarlos, debes ser un apoyo incondicional para cualquiera de ellos. En la novela la metamorfosis, Franz Kafka desenmascara una realidad dolorosa y demoledora: el abandono. Al principio de la novela es él, quien gracias a su trabajo en el almacén, brinda el sustento económico a la familia. Sus padres son viejos y su hermana demasiado joven, motivo que les impide trabajar. Su familia manifiesta hacia él, un supuesto cariño que no es más que tolerancia y agradecimiento. Dichos sentimientos se  tornan en repulsión y en asco, porque él mismo, quien antes representaba la estabilidad económica ahora los ha hecho caer en la desgracia, están imposibilitados para reconocerlo como un ser sensible después de la transformación que sufre. ¿Como es posible que un animal, y uno tan insignificante, un insecto, este dotado de alma?  Eso es impensable, son los mismos seres amados quienes ahora lo aborrecen, quienes reducen su existencia a la de un animal, un ser sin sentimientos. Son incapaces de mirar la angustia, la vergüenza y la desesperanza que sufre. Al develar la falsedad del concepto de la solidaridad y familiares, el autor nos conduce también a una crítica social, nos obliga a ver la falsedad, la hipocresía y la importancia de la apariencia física. Si la célula esta infectada, la sociedad misma es un organismo corrompido.
El sufrimiento es otro punto importante en la novela, la metamorfosis que sufre Samsa no se presenta como un proceso lento y gradual, la agonía es absoluta desde el principio, desde esa mañana cuando despierta convertido en esa especie de cucaracha-escarabajo, comienza por pensar que es un sueño, pero descubre que sus ojos no le mienten. La imposibilidad de movimiento confirma que su espalda se ha vuelto una especie de caparazón y que sobre su vientre descansan muchas patas. ¿Existe algo más repulsivo que una cucaracha? La imagen que representa Gregorio es demoledora: un sujeto empequeñecido, reducido por debajo de su condición humana, sin la que, le esta vedada la capacidad de sentir, su monstruosidad le obliga a ocultarse bajo una sabana, porque sus familiares  manifiestan repulsión al verlo, la criada manifiesta una simpatía por él, pero es más parecida a la ternura que se le proporciona a los cachorros. Los movimientos más simples se vuelven dolorosos, esta además imposibilitado para comer. A través de esta trance deja  a su vez, de reconocer a sus familiares, su hermana representa ahora solo a una niña que siente repulsión por él, su madre sufre desmayos al verlo, su padre es ese sujeto hosco que lo trata con severidad, lo mira con odio y provoca en él esa herida, no  solamente la herida física de la manzana lanzada hacia él, sino ese proyectil que lo hiere mas hondo: el rechazo.  La muerte de Gregorio es el suceso más piadoso de la novela, porque la muerte representa una reconciliación consigo mismo, es más bien un acto voluntario de abandono para cumplir con las exigencias familiares de deshacerse de él, quien es además, inmediatamente olvidado y remplazado por la imagen de la hermana, joven, vivaz, bella y saludable.
Kafka nos sumerge en un laberinto interno, donde al final de la caída, se encuentra  un espejo que  resulta atemorizante porque obliga a reconocer que todos alguna vez hemos sufrido la metamorfosis, algunas veces para volvernos mariposa  pero también para ser, de vez en cuando, repugnantes cucarachas.


Escrito en Marzo/2008 aproximadamente.

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